NOTICIAS EN RED.- REDACCIÓN
Mientras Salta sigue siendo víctima de la escalada del conflicto docente, fomentada desde los sectores más revulsivos de la política provincial, el reclamo de los maestros por un sueldo digno mostró su verdadera cara. El problema, claro, es que fue en otra provincia. En concreto, una fuerte movilización de educadores jujeños decidió hacerse presente en las calles para exigir por mejores condiciones laborales.
Un efecto colateral de esta marcha, a priori ajena a lo ocurrido en nuestra provincia en las últimas semanas, golpea directamente y pone en duda la legitimidad del reclamo de los “autoconvocados” salteños. Es que, entre tantas consignas difundidas por los educadores jujeños, apareció una muy clara en sus intenciones: quieren cobrar lo mismo que los docentes salteños.
No es secreto, e incluso fue validado por datos de CTERA, que los maestros salteños tienen los mejores salarios de todo el país. Por su parte, Jujuy se encuentra en la parte baja de ese ranking, demostrando la diferencia abismal de las condiciones educativas que se viven en Salta y en la provincia vecina.
Por esa razón, no es de extrañar que los docentes jujeños reclamen por una mejora en sus condiciones laborales: exactamente, lo que solicitan es contar con los mismos beneficios que los educadores salteños. La reiteración de este argumento es clave: mientras nuestras calles son invadidas por sectores de la sociedad que exigen un “aumento”, lo cierto es que, en el resto de nuestro país, estas condiciones son envidiadas

Este testimonio de los educadores jujeños llega para confirmar, con aún más fuerza, las hipótesis que se manejan sobre el conflicto docente en Salta. En concreto, lo que se refuerza es la certeza de que se trata más que nada de agitadores, incitadores al desorden público y violentos quienes están tomando un reclamo, que podría ser legítimo, para desestabilizar el orden social.
Frente a todas las evidencias (todas mostradas al detalle por Voces Críticas), no queda más que afrontar la difícil realidad de nuestra provincia. Camuflados bajo la bandera de un reclamo docente, un grupo de revoltosos intentan, con todas sus fuerzas, generar un conflicto irremediable para la provincia, que termine desestabilizando a un Gobierno que -mal que les pese-, terminó validándose en las urnas (como corresponde en una sociedad democrática)






